Las pymes; lugar común de los políticos

La Segunda, Lunes 13/06/2005
Sebastián Burr Cerda

A través del foro organizado por la Sofofa pudimos conocer las propuestas de los tres candidatos presidenciales en favor de las pymes y de su gravísimo endeudamiento tributario, previsional y financiero.

Desconozco su deuda bancaria, pero es fácil imaginarla, si sólo en IVA y previsión social adeudan cerca de 1,5 y 1,6 mil millones de dólares respectivamente. Acumulan un pasivo nominal en indemnizaciones por otros 12 mil millones de dólares más, hecho que las tiene técnicamente en régimen de inamovilidad laboral y las hace financieramente inviables. Si no pueden cancelar el IVA y la previsión mensual, menos van a poder pagar hasta 11 salarios más desahucio, por un solo trabajador despedido cuando necesiten ajustarse. Su debilidad frente a las grandes empresas ha llegado a ser tan brutal, que según el Decano de Economía de la U. Central, más de 5 mil millones de dólares anuales de PIB se han trasvasijado de las pymes a las grandes empresas desde el año 98 en adelante.

Frente a este escenario y del cual depende el 80% del empleo, la superficialidad de las propuestas de los candidatos no vale la pena ni siquiera comentarlas. Sí cabe decir que las pymes no necesitan créditos Corfo, ni bancos especiales, ni que se fantasee diciendo que en cuatro años se crearán 200 mil pymes. Sólo necesitan condiciones equilibradas y sanas para operar en una economía abierta al mundo. Análogas a las de las grandes empresas, considerando que su capital es la experiencia y fuerza laboral.

Es sabido que las tres últimas presidenciales se ganaron gracias al aumento explosivo de la "protección" laboral y del 55% del salario mínimo, fuera de toda lógica productiva y de crecimiento de la economía. Y ahí están los resultados; 28% de nuestros jóvenes cesantes dentro de un contexto de más de 650 mil desempleados considerando los empleos artificiales y de emergencia que crea el Estado.

Dentro de este desastre microeconómico, y a propósito del desaguisado ambientalista de Celco, nos hemos enterado de las declaraciones del Presidente, quien ha dicho: "ustedes me han escuchado muchas veces decir que en este siglo XXI no va a haber a lo mejor barreras aduaneras, pero lo que va a haber serán barreras ambientales respecto de países que no cuidan el medio ambiente, o barreras desde el punto de vista social respecto de países que no cuidan la legislación laboral", explicó el Mandatario, a la vez que subrayó que "en un mundo global damos examen todos los días, también, en este campo".

No es mi ánimo molestar a Su Excelencia, pero sus declaraciones al respecto no pueden ser más contradictorias frente a la realidad de las pymes. El costo mínimo empresa por imposiciones de la ley chilena asciende a US$ 5.000 anual por cada trabajador considerando las indemnizaciones. Trabajan 45 horas semanales y tienen 67 días de descanso anual. Todo esto de acuerdo a los tratados internacionales firmados con la OIT. Sin embargo, su productividad dentro de los 66 países más competitivos está dentro de las 10 peores. El Estado, que debiera ser ejemplo de probidad laboral, tan sólo en el ministerio y en la Inspección del Trabajo, mantiene cerca dal 50% de sus trabajadores bajo precariedad laboral, es decir por boleteo.

China, convertida hoy en la pyme del mundo, que no es un país democrático, que no acata la normativa de la OIT, que exige una jornada de 75 horas semanales a sus trabajadores, que sólo les otorga tres días de descanso anual, que tiene un ingreso per cápita de US$ 900 anuales y que no tiene costo alguno por despido, exporta a Chile más del 50% de nuestro consumo interno de artículos no perecibles. ¿Cómo se deben entender entonces dentro de este brutal desequilibrio social y laboral las palabras presidenciales "que van a haber barreras sociales y laborales de países que no cuidan la legislación laboral"?