La ética, la ley y el RELATIVISMO
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La Segunda, Jueves 07/07/2005
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Sebastián
Burr Cerda
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Tras el debate respecto de la preponderancia de la ética y la
ley, surgido a partir de las denominadas “asesorías políticas”
en Codelco, lo que se está imponiendo como valor superior no es
precisamente la ley ni la ética, sino el relativismo. Cáncer
de todos los cánceres en cuanto convivencia social. Esto porque
bajo el relativismo, el único que impone su voluntad es aquel que
ostenta el poder económico o político, y no la ética
que emana de la ley, de la moral y de la razón humana. Así
los ciudadanos comunes y los más pobres van siempre de perdedores.
Cuando ocurrió el caso Enap, en que varios ejecutivos se auto asignaron
indemnizaciones millonarias, el presidente Lagos dijo; si bien no ha habido
una contravención a la ley, si ha habido una flagrante falla a
la ética. E interpeló a dichos ejecutivos, o devolvían
el dinero "mal habido", o debían abandonar la administración
pública. Y a todos los chilenos nos quedó meridianamente
claro, que la ética estaba sobre la ley. Más aún,
que la ética era el dique de contención de leyes mal construidas.
Curiosamente, el mismo Presidente ahora nos dice por una parte, que a
él nadie le va a venir a dar clases de ética, y por otra,
que todas las asesorías contratadas a familiares, amigos y políticos
de la Concertación, por sumas millonarias y sin licitación
alguna no tienen nada de ilegal. Y acto seguido, se confunde a la opinión
pública tratando de empatar el caso Codelco con el tema DD.HH.
No obstante que durante todo su mandato, a casi ningún procesado
en materia de DD.HH, se le ha aplicado las leyes de prescripción
y de amnistía, dos clásicos jurídicos inmemoriales
y además preexistentes el año 1970. Seguramente, porque
se entendió que la vida es una cuestión ética que
está sobre la ley, no obstante los atenuantes políticos,
institucionales y jurídicos de sobra conocidos y esgrimidos por
los procesados.
Ahora aparece el Ministro Puccio y nos dice “Los estados de derecho,
y felizmente Chile es uno, se rigen por normas y leyes, y las leyes son
el mínimo común denominador de acuerdo, de legitimidad y
aceptabilidad ética en la sociedad. No hay otra ética".
La verdad es que se observa una Concertación confundida y errática.
Y pareciera que se insinúa institucionalizar la dictadura del relativismo
como elemento normal de la acción política, pues eso permitiría
moverse y auto justificarse en todos los escenarios que se vayan abriendo.
Juego que se sabe como comienza pero no como termina, porque del relativismo
también se pueden aprovechar los “temerarios o audaces”
políticos. Y en ese caso; ¿que norma ética o jurídica
va a imperar para volver a poner las cosas en su lugar? En esto de la
política, jamás hay que perder la consecuencia. Y eso, creo
yo, que la Concertación lo sabe.
Ojala que el Ministro tenga claro que el hombre puede existir sin la sociedad,
pero ninguna sociedad puede existir sin ciudadanos, de manera que jugar
con la idea de que el objeto de las leyes y de la política es la
sociedad y no el hombre, es volver a posicionarse en un feroz equívoco.
Es sabido que toda ley arranca de una concepción ética y
moral de hombre, bajo convivencia social. Lo que en otras palabras quiere
decir, que la ley deriva de la moral humana y ambas deben preservar la
ética social, como gracia, no como un absoluto necesario. Y esto
por lo que se decía más arriba; la sociedad no existe sin
el hombre.
La ética es la ciencia de la sabiduría, de la conducta y
de la felicidad humana. La ley en cambio, es apenas un intento de orientación
para la convivencia social en permanente cambio, pues emana de la razón
humana bajo intención política.
Ministro, no vale la pena volver a intentar reconfigurar la naturaleza
humana, todos sabemos que eso no funcionó. Hay que saber conciliar;
la moral, la ética y la ley, bajo ese mismo orden de preeminencia.
©
2001 Sebastían Burr Cerda Se autoriza su reproducción
citando la fuente y el autor.
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