INFORME DE COMPETITIVIDAD
¿Expertos en economicismo, analfabetos en humanismo?
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Sebastián
Burr Cerda
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En días pasados tomamos conocimiento del último informe
de competitividad que reveló que Chile obtuvo la posición
23 entre los 117 países que compiten mundialmente. Este expectante
lugar se debe fundamentalmente al buen manejo macroeconómico (balance
fiscal, tasa de ahorro interno, spread, inflación, deuda internacional
etc) llevado adelante por la autoridad económica.
Hasta ahí todo bien, lo que resulta decepcionante una vez más,
sobretodo después de tres sucesivos gobiernos de centro izquierda,
es la caída sostenida de aquellos resultados concerniente al desarrollo
humano más allá del problema delincuencia y destrucción
valórica de la familia. Tanto en lo referido al desarrollo personal
y también en lo social.
En el caso de la educación y entrenamiento para el trabajo, Chile
cayó 15 lugares. En esos subíndices se ubica en los lugares
45 y 47. Algo similar ocurrió con nuestra capacidad de innovación
y uso de tecnologías, pues perdimos 14 lugares en capacidad creativa
y en lo tecnológico pasamos a ocupar la posición 35, lejos
del puesto 23 correspondiente al promedio general.
¿Qué es lo que revelan dichas cifras?
Nadie discute que la Concertación ha hecho un muy mal manejo de
las dos instituciones claves de nuestro ordenamiento político y
que tienen por misión desarrollar las dos facultades superiores
de la persona humana; educación el entendimiento y trabajo la inteligencia
práctica. Y que son justamente las facultades que desarrollan la
autosuficiencia humana, que permite que la persona conozca la realidad
y luego pueda desempeñarse eficientemente en ella. A juzgar por
los resultados pareciera que a la Concertación no le interesa ese
tipo de desarrollo humano con consecuencias en lo político.
El Ministro de educación declaro el martes pasado, que nuestra
educación era muy buena en cobertura pero que era de mala calidad
en lo académico, no obstante que el mismo gobierno al cual pertenece
impulso hace 10 años una reforma contundente al sistema educacional
y se han invertido en ese mismo período más de 40 mil millones
de dólares. Cuando el ministro nos está diciendo que nuestra
educación es buena en cobertura pero de mala calidad académica,
es algo parecido a que alguien nos diga que el sistema Metro es un lujo
en materia de estaciones y carros pero que no pueden desplazarse y los
ciudadanos no pueden viajar en ellos.
En materia laboral, Chile es uno de los países con mayor infraproductividad
y mantiene una cesantía que afecta a más de 500 mil chilenos
durante ya 10 años. Y lo que explica esa infraproductividad y que
la cesantía no sea peor, son los altísimos costos por despido
y los altos salarios relativos (US$ 7.000 per cápita) si se comparan
con los US$ 400 que se paga al trabajador Chino, país del cual
Chile importa más del 50% del consumo interno de productos no perecibles.
La falta de una praxis laboral seria, impide el desarrollo de la inteligencia
práctica que señala el informe como una de nuestras grandes
debilidades. Y eso explica también que el trabajador chileno deba
ser blindado en su puesto de trabajo, pues al no vender eficiencia productiva
el riesgo del despido es latente. Chile sin gente preparada en capacidades
teóricas y prácticas no podrá competir globalmente,
y tampoco resolverá la actual desigualdad económica. El
20% de los más ricos seguirá llevándose el 54% del
ingreso versus el 4% que se lleva el 20% más pobre.
¿Como es que Chile entonces mantiene ese ranking?
La respuesta pasa por comprender que la riqueza nacional más allá
de la riqueza natural del cobre, es creada solo por las grandes empresas
que generan el 80% del PGB pero sólo el 8% del empleo. Las Pymes
en cambio que han sufrido una descapitalización histórica
de 5 mil millones de dólares anuales desde el año 1998 en
adelante, solo generan el 20% del producto pero el 80% del empleo. Eso
mismo explica la política laboral de la Concertación, que
busca mantener ingresos relativos altos para los trabajadores mientras
consumen masivamente productos importados desde China a salarios equivalentes
a un 6% de lo que se obliga a las Pymes a pagar por ley.
Síntesis de toda esta exposición, es que la Concertación
ha gobernado para los grandes empresarios y para los trabajadores en general
a costa del millón de Pymes entre las que se cuentan cientos de
miles de microempresarios que bajo la actual situación nunca podrán
salir adelante. Todo esto explica la altísima adhesión con
la que cuenta el Presidente, la satisfacción generalizada de los
grandes empresarios y la queja no tomada en cuenta de la clase media.
©
2001 Sebastían Burr Cerda Se autoriza su reproducción
citando la fuente y el autor.
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