Ideología de lo politicamente correcto

Sebastián Burr Cerda

La ideología de lo Políticamente Correcto (lo P C) es difícil de definir, pero si se puede decir que funciona en base al relativismo como expresión de debilidad, a la desinformación y a bajos niveles de discernimiento ciudadano. Es un medio disuasivo y ofensivo que incide cultural y políticamente en la sociedad. Su exégesis consigue alinear a los ciudadanos bajo un mismo modelo de percepción que viene precedido de un deseo tendencioso con sesgos de idealismo e incluso fanatismo. Sus principales medios son la regresión o involución del lenguaje, la reconceptualización de conceptos y el vaciamiento de los valores. Sus campos de acción son el periodismo, la educación y la política. Sus “enemigos” son entidades asociadas al rigor intelectual, a la información veraz, a los valores, al desarrollo moral de la persona y a la religión adscrita al magisterio. En otras palabras instituciones como; familia, Iglesia, medios periodísticos autónomos, educación libre y trabajo independiente son su barrera de contención.
Lo P C utiliza vocablos técnicos e inexpresivos, conceptos indeterminados y exentos de carga moral, es decir términos amorales que eviten enjuiciar y jerarquizar las cosas de manera de conseguir una sociedad plana y susceptible de alinear o colectivizar. Utiliza expresiones políticamente “equitativas” en aras de la tolerancia, del pluralismo y de la diversidad, aunque estos conceptos nadie sepa exactamente que implican. Su intención es neutralizar la fuerza de ancestrales valores occidentales y operar incluso contra los principios naturales de la razón.
Ejemplos de cambios en el lenguaje; interrupción del embarazo en vez de aborto. Gay por homosexual. Dama por señora o señorita. La religión se intenta confundir con fundamentalismo, los baches de las calles son eventos, una estructura integrada de pensamiento integrismo, felices fiestas reemplaza a feliz pascua, el choque entre bien y mal “diversidad” etc.
Lo P C se ve apoyado en parte -entre otras instituciones- por el mundo del periodismo, que establece muchos de los códigos que conforman la realidad social. Esto porque hasta antes de que algo sea publicado, ese algo casi no existe. La mayoría de los periodistas que se inician profesionalmente, se comprometen fuertemente con la verdad, pero a corto andar se hacen parte del establishment cultural y muchos de ellos caen en una “ecuanimidad” artificial de la noticiosa como ocurrió en el caso Spiniack / Guzmán /Artigoitía / Novoa. Que no obstante que todo era una monumental mentira, permaneció en los medios más de un año, embauco al 80% de los chilenos y tuvo la fuerza para modificar el eje de la política nacional.
Por otra parte están las Universidades, que se suponen sinónimo de universalidad se han convertido en fábricas de tecnócratas en vez de formadoras de personas, que comprendan y se manejen inteligentemente en la cultura a la cual pertenecen. Una educación escolar que pareciera que no desea desarrollar la capacidad de intelección de los alumnos, de manera que puedan analogar y contextualizar los conocimientos que reciben. Así los ciudadanos se inician en la vida civil con una fuerte restricción en su capacidad de pensar, expresarse, opinar y por lo tanto de enjuiciar lo P C.
La sociología religiosa, el socialismo de raíz marxista-gramsciana y cierto liberalismo son como los instigadores morbosos de lo P C. Persiguen el control del poder político y económico eliminando las barreras valóricas de manera de relativizar y/o banalizar instituciones claves para la vida humana; familia, matrimonio, trabajo, sexualidad, Iglesia, vida natural, virtudes, verdad, austeridad etc. De ésta manera convierten el mundo de las diferencias en un mundo indiferenciado y amorfo. Letal para el desarrollo humano superior toda vez que el entendimiento humano entiende la realidad solo por diferencias y categorías, la libertad aparece cuando existen opciones y la felicidad de excelencia se alcanza en y mediante ese desarrollo superior. Así la ideología de lo P C no requiere que las personas sientan que hacen una vida buena, basta con que sea afirmado por ésta y el ciudadano común lo acepte sin más, pues no tienes medios intelectuales ni voluntad para oponerse.

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