Emplazamiento De Obispos A Candidatos

Sebastián Burr Cerda

El emplazamiento que hicieron los obispos a Piñera y a Bachelet para que definieran con “claridad y transparencia su conformidad (o disconformidad) frente a 18 valores cristianos” resulta curioso, pues Bachelet es declaradamente agnóstica. Y los obispos saben que eso significa que ella no adhiere al principal principio del cristianismo que es el credo en Dios Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y que todo hombre es hijo de Dios. De lo que deviene una moral objetiva que arranca de un orden natural creado por Dios. Y el episcopado también sabe, que de la adherencia de esos grandes principios surge un tipo de hombre y de orden social diametralmente opuesto al que surge del humanismo materialista que deviene del agnosticismo. De ese humanismo materialista y que prescinde de un orden moral objetivo, emanan políticas públicas contrarias a la naturaleza moral y ética del hombre; divorcio no rechazado por Bachelet, no obstante que Cristo expresamente dice que el matrimonio es con un hombre o una mujer y para toda la vida.
Bachelet que suscribió el Cedaw (derechos femeninos) aprobó el derecho a abortar por parte de la mujer. Además fomentó políticas de salud pública en torno a la obligatoriedad de prestar el “servicio” de esterilización a sola petición de la interesada en los hospitales, siendo que el Cristianismo hace una defensa inclaudicable de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural y además en la última década Chile ha visto caer en un 20% su tasa de natalidad. Esa muerte natural también ha sido sobrepasada por Bachelet toda vez que no estuvo en desacuerdo con legislar sobre la eutanasia cuando legisladores de su propio partido propusieron hacerlo. Tampoco se manifestó en contrario cuando parlamentarios de su partido nuevamente, propusieron legislar sobre el matrimonio entre homosexuales. A lo más se dijo que la sociedad chilena no estaba preparada, pero no que ella fuera contraria a la idea. El cristianismo dice categóricamente que el matrimonio es entre un hombre y una mujer y que todo hijo necesita de un padre y de una madre.
El Humanismo Cristiano tiene como unos de sus principales postulados filosóficos, el desarrollo espiritual de la persona humana que la entiende como única e irrepetible. Y las facultades espirituales y superiores del hombre son su entendimiento libre y su inteligencia práctica o funcional (muy a mal traer en Chile). Y ninguna de dichas facultades cuentan con instituciones políticas libres que permitan su expansión y desarrollo, toda vez que en Chile no existe libertad educacional (contenidos “mínimos” obligatorios) y tampoco libertad de emprendimiento si se consideran la enorme gama de trabas burocráticas que impiden que la juventud pueda iniciar algún tipo de emprendimiento.
Es más, Chile se desenvuelve en una sociedad salarial acerrojada, que impide la asociatividad libre entre capital y trabajo, dicotomía que produce lucha de clases exacerbada por muchos políticos y subdesarrollo funcional y económico de los trabajadores. Expresamente la encíclica Laborem Excersens, se manifiesta contraria a la lucha de clases, pues entre otros grandes principios del cristianismo están el amor por el prójimo, la unidad social entre los hombres en torno a la verdad, la libertad, la solidaridad y la justicia.
Entiendo eso si, la generosidad de la Iglesia Chilena en cuanto a que Bachelet pueda por un acto de conversión adherir a los postulados del Humanismo Cristiano ahora que se enfrenta a una hora crucial de su carrera política. Sería bueno entonces que rechazara públicamente el aborto y las políticas de esterilización. Que rechazara la eutanasia, el matrimonio entre homosexuales y el divorcio. Y se comprometiera con la libertad educacional y a abrir formas de asociatividad entre capital y trabajo de manera que los trabajadores tengan mayores posibilidades de desarrollar su facultad de la inteligencia práctica y su autosuficiencia y por ende sus capacidades profesionales e ingresos. Por su parte también, sería bueno que Piñera se comprometiera con hacer del desarrollo humano el primer principio de su gobierno y no anteponer el economicismo sobre una economía ética y generadora de oportunidades para todos por igual.


 


 

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