Conspiración ideológica en Chile
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Portal temas & noticias Jueves
30/06/2005
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Sebastián
Burr Cerda
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Es probable que el título de ésta columna sorprenda, puesto
que históricamente las conspiraciones políticas han tenido
líderes que las encarnan y hechos concretos que las explican. Sin
embargo, como el plan de hegemonía política que se está
intentando imponer en Chile, es a través de una trama sociocultural
bastante compleja y abstracta y además con múltiples ramificaciones
humanas e institucionales, es casi imposible que lo descubra el ciudadano
común. Lo que si aparece como gran pecado, es que dicha trama de
corte amoral y agnóstica, cuente con el aval "moral"
de la DC y de sectores eclesiásticos minoritarios. Contradiciendo
la esencia del Humanismo Cristiano, que postula el desarrollo espiritual
y social (facultades humanas superiores) de todos y cada uno de los seres
humanos. ¿Los “avales” son unos ingenuos o es que el
poder es más fuerte?
Los códigos actuales son tan distintos además, que los grandes
empresarios, enemigos mortales de los conspiradores de antaño,
hoy son sus cuasi aliados por la vía de la “neutralidad”
en que se han instalado, que en opinión de muchos, es en tanto
no les toquen la macroeconomía y por lo tanto la protección
de sus capitales. Aunque después de la exagerada ofensiva ecologista,
seguramente repensaran su posición.
Años atrás, era una pelea de bandos ideológicos bien
definidos, hoy, marcando un nuevo paradigma cultural, se ha ido introduciendo
la relativización de los valores y de las instituciones más
esenciales para el desarrollo humano y social; familia, educación
y trabajo. Se banaliza la primera, se tecnifica y se le extraen los elemento
morales a la segunda y se perpetúa la politización vía
antagonismo y control de todas las relaciones laborales en la tercera.
Toda conspiración requiere de tres o cuatro elementos o intrigas
para funcionar. A) Una intención desligada de la moral y de la
ética política. Hacer de la acción política
todo lo inimaginable para mantener el poder, y no en pos del bien humano
y social para todos por igual. B) De esa manera se consigue estructurar
un sistema sociopolítico distorsionado e injusto, es decir, se
lo hace funcional a los propósitos de reclamo, de utilización
política y hegemonía del poder. Esto dentro de un sistema
de partidos políticos tipo "comparsa", es decir con opositores
siempre debilitados moralmente y por lo tanto horquillados y manejables.
C) Se pone en escena la denuncia de apariencia moral (desigualdad económica
y social), imposible de resolver dentro de un contexto de sociedad salarial
de mínimos remuneracionales, cero capacidad de aumento variable
de los ingresos y menos de ahorro. Acto seguido, se responsabiliza a los
empresarios y a los más ricos de la desigualdad social, y ambos
se les asocia con los partidos opositores. (lucha de clases renovada).
La neutralización intelectiva de los ciudadanos
Para concretar los propósitos de dominio político sin contrapeso,
la izquierda tergiversa y banaliza la institución familia, por
su libertad formativa en lo valórico y social. Evita configurar
las instituciones educación y trabajo como medios de expansión
del entendimiento y de la inteligencia práctica de los ciudadanos.
Utiliza dichas instituciones como medio de lucha política, produciendo
desconexión moral de los estudiantes y anulación de la inteligencia
práctica de los asalariados por su nula interacción y protagonismo.
De esa manera, ni los trabajadores ni los estudiantes pueden hacer una
lectura integral de la realidad y menos participar y debatir informadamente
los sucesos sociopolíticos y económicos cotidianos. De manera
que les sea casi imposible tomar conciencia del como y del para que de
la manipulación de que son objeto. Y sean incapaces de discutir
los elementos que hacen posible la hegemonía político-cultural,
que seguramente, mas adelante, buscara su ratificación a través
de una “inteligente” carta fundamental.
En definitiva sobre la base de una ignorancia lograda en las mayorías,
se manipula su imaginación y su deseo en desmedro de la razón.
Se divide la sociedad, se atrasa el desarrollo de la gente y de las instituciones,
y se capitaliza políticamente y se mantiene el poder político.
Ahí está la institución familia en proceso de extinción.
La educación que debiese aportar el desarrollo teórico del
entendimiento humano se ha transformado en una educación técnica,
de entrega de datos descontextualizados ética y moralmente. Una
de las peores entre los países que compiten en el mundo. Y el trabajo,
en vez de aportar desarrollo funcional, crecimiento profesional y económico
de los trabajadores, genera pasividad, frustración, salarios mínimos
y antagonismo. Lo que termina por rebotar en la familia y hacer casi inviable
su desarrollo y existencia.
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