"Apolo y Dionysos ante el Siglo XXI"

Diario El Mercurio, Dom. 09/01/1994
Sebastián Burr Cerda

Lleva por titulo el libro de Sebastián Burr Cerda, sobre el cual conversó con Artes y Letras. Destinado preferentemente a los empresarios, la obra –que contó con patrocinio de la Universidad Adolfo Ibáñez –Tiene como propósito fundamental proponer una reorientación de los mundos empresarial, laboral y económico para afrontar con eficacia los desafíos de una economía globalizada a escala mundial y abrir espacios a la participación real de los trabajadores en la empresa.
Para Sebastián Burr, Apolo y Dionisos, dioses de la mitología griega representan dramáticamente la dicotomía del Occidente actual. Apolo atrae al hombre hacia lo establecido y lo seguro; Dionisos lo impele a buscar lo nuevo. Apolo es el Dios de la luz intelectual, de las conquistas de la razón; Dionisos seduce al hombre a experimentar la potencia y la alegría de la vida, a lo trascendente, a los enigmas de lo infinito. Según el empresario, durante los últimos cuatro siglos Apolo ha dominado casi todos los espacios de nuestra cultura y sin dimensión dionisíaca el hombre no puede ser humano ni feliz.
La llave maestra de la propuesta empresarial y laboral de Sebastián Burra es la sustitución
Del régimen de salario fijo por el sistema de retribución variable. Lo fundamenta con elaborados argumentos filosóficos, económicos, sociopolíticos, éticos e históricos y También con el éxito obtenido bajo aquel sistema por su propia empresa –Titán Industrias Metalúrgicas Ltda.-, una experiencia que relata por extenso en su libro.

¿ Cómo concibe el sistema de remuneración variable?
El sistema de retribución variable, idóneamente aplicado, abre espacios a la libertad del trabajador y establece una justicia intrínseca entre su rendimiento real y la retribución de ese rendimiento. Se instaura así un orden nuevo, que hace desaparecer el antagonismo entre un yo común entre un trabajador y empresario y desburocratiza la dinámica interna, es decir, conduce a la privatización de la empresa privada, generando una relación horizontal entre ambos estamentos, conforme a la naturaleza misma de las cosas. Este nuevo escenario permite al trabajador “ vivir la empresa”y no” vivir en la empresa”, situarse por encima y no por debajo de su quehacer.

¿ Qué defectos ve en el salario fijo?
El salario fijo no retribuye en justicia el rendimiento individual; el trabajador que rinde mas de lo normal no es retribuido proporcionalmente por ese pus y el que entrega un rendimiento deficitario no recibe por la vía del salario señales correctoras. La consecuencia es la productividad de la empresa y él quiebre psíquico, pero no racionalizado de su contingente laboral. Todo el sistema de derechos y deberes se ve trastocado. En definitiva, el salario fijo atrofia todos los dinamismos de la empresa.

¿ En que proporción comparten los riesgos empleado y empleador?

El ámbito de riesgo del trabajador bajo este sistema es distinto al del empresario.
Éste último arriesga su capital, su destino económico y el de su empresa; el trabajador arriesga oportunidades, es decir, la posibilidad de que su volumen de trabajo sea en cierto lapsos inferiores al de su capacidad de producción física. Legítimo es asignar al trabajador un salario piso también variable, por periodo de duración convenida d antemano por las partes, y porcentual en cada caso-periodo a lo que objetivamente el trabajador haya producido en la etapa inmediatamente anterior. Se llega así mismo a un mínimo salarial eminentemente individual y diferenciado, asumiendo la empresa una cuota también mínima de responsabilidad con respecto a su accionar. Y el trabajador, al acordar con el empresario el mecanismo que determinará ese mínimo, se compromete a producir por sí mismo los rangos de seguridad a los que aspira.

¿Desaparecerían los sindicatos bajo el sistema de retribución variable?

De ninguna manera. Lo que esta llamando a desaparecer bajo este sistema es el rol exclusivamente reivindicativo y económicista que el sindicalismo ha asumido hasta ahora en nuestro país. Recuperada la libertad laboral, enfrentando a la responsabilidad de ser empresario de sí mismo, el hombre de trabajo ya no necesita protecciones, sino al revés, estímulos y apoyos que lo ayuden a avanzar hacía su autonomía. Situadas en ese nuevo ordenamiento, las organizaciones sindicales pueden convertirse en un extraordinario impulsor de la productividad y creatividad laborales, del perfeccionamiento profesional y cultural de sus representados, del crecimiento de la empresa y del desarrollo del país.

El Rescate Laboral

Usted entrega en su libro una especie de cosmovisión integradora. ¿ Cómo será recibida por los empresarios?
El mundo ha cambiado, por lo tanto, empresarios y trabajadores deben cambiar también. Lo que se acostumbra llamar la “ problemática directa” del empresario es sólo la superficie de su quehacer. Y sobre ese quehacer gravitan otras dimensiones, muchas más vastas y determinantes, aunque en gran medida inadvertida. No es posible ya eludirlas por más tiempo. Esas dimensiones están vinculadas con los fundamentos filosóficos de nuestra cultura, con la concepción del hombre, con los valores éticos, la libertad, la autodeterminación y el rol trascendente que la dignidad humana nos exige cumplir en nuestro paso por la tierra, como un mandato superior y esencial. La realidad humana es un todo indivisible, en el que todos los planos son significantes e ínter actuantes, de tal manera que incluso los procesos económicos requieren ser vividos dentro de un metabolismo total e integrador, única manera de que puedan Alcanzar armónicamente su propio desenvolvimiento. Pero tal intento requiere un serio esfuerzo de reflexión crítica, una apertura psíquica que abandone clichés mentales; paradigmas y apriorismos; una revisión a fondo del corpus filosófico que rige nuestra cultura, y que a la vez ha construido tantos modelos erróneos; exige asignarles a la materialidad su propia finitud, creer en la verdad e indagar sus accesos en el reposo de la conciencia: Amar la vida, averiguar los fundamentos, restituirle su nobleza; buscar su propia identidad; Creer en el hombre; concederle al destino su propio destellos de incertidumbre; en fin, ascender hacia las cimas, y aún más allá.
El hombre no es medido de sí mismo; no puede decir como Dios “ es el que soy” a lo más que podemos decir: soy el que estoy siendo. Estoy en camino hacia lo que puede ser.
Pero el hombre moderno siente a menudo que no es dueño de su camino, que toda su existencia está determinada sin escapatoria por los condicionantes de la cultura en que vive, y renuncia así a las auténticas y enormes opciones de su libertad.

-Usted afirma que el término de la guerra fría no ha resuelto la pugna secular entre empresarios y trabajadores. ¿ Por que?
Porque dicha pugna tiene lugar en el alma, más que en el plano político. El materialismo dialéctico y el materialismo económico son, filosóficamente hablando, primos hermanos. Uno provoca la reacción del otro y viceversa; se comunican intensamente entre sí, pero los dos se equivocan en la visión de hombre. Si bien la propuesta marxista es antihumana y totalitaria, creo que su denuncia básica es en cierta medida válida. Pocos errores ser serían más trágicos para nuestro país que el de suponer que la caída del comunismo internacional y los traspiés del socialismo han terminado para siempre con el descontento y las carencias del mundo laboral. El comunismo fue una falsa solución, pero su colapso no ha suprimido en absoluto el problema que lo originó pobreza, miseria, y finitud; alineación económica, social, cultural y, en último término, psíquica de grandes contingentes de trabajadores. Aunque hoy se sitúa en otro contexto, el conflicto permanece, y a menos que se resuelva en un auténtico rescate del mundo del trabajo hacia la dignidad, la libertad, la autodeterminación y las opciones prosecutorias, no es imposible que tarde o temprano incube otras salidas erróneas, creo que éste es uno de los más urgentes desafíos que hoy deben afrontar los conductores del país y el empresariado nacional. En este sentido como yo entiendo las recientes palabras del Sumo Pontífice “los pobres no pueden esperar”.

¿Cuál es el enemigo actual del capitalismo?

El propio capitalismo. Su progresivo autoendiosamiento que todo lo va penetrando, temo que se convierta en una ideología hermética, que arrase con todo tipo de nobleza y valores, clausure los accesos a la verdad y termine por instituir la ley del dinero y lo utilitario como único sistema de intercambio.
El capitalismo es base fundamental y dinamismo impulsor de la economía, indispensable en todas las épocas, pero debe asumir su verdadero rol: ser un instrumento.
Estas anomalías de la vida contemporánea son efectos directos de sus modelos conductuales y calóricos: Consumismo, exotismo, individualismo, masificación y, sobre todo, Relativismo cognoscitivo y relativismo ético.
Al servicio de lo humano y no un denominador del hombre, un generador de riqueza para alcanzar el bienestar que requiere la dignidad de la persona y de la sociedad. De otro modo, el hombre queda despojado de su libertad, y ese sometimiento se vuelve contra el sistema económico, y por último, contra el hombre mismo.
Usted sostiene que ni el comunismo como doctrina ni los regímenes políticos que se instauran en su nombre logró el rescate del mundo laboral

¿ Cómo propone Usted alcanzar este rescate?
El rescate laboral que yo propongo es esencialmente autodeterminación. Y la autodeterminación. Del hombre de trabajo, en vez de lesionar los intereses del empresario, le asegura en mayor medida que el régimen de salario fijo es el legítimo retorno del capital invertido, pues incorpora a la empresa las energías vitales del ser humano, que antes permanecían inactiváis el rol conductor del empresario se hace mucho más fácil. Y operante, pues el trabajador se incorpora al mismo sistema gravitacional del mercado y de la empresa.
La conducción de una empresa se traduce de hecho en un problema de comunicaciones internas, y de interpretación de objetivos del capital y del trabajo se hacen concordantes. El trabajador conoce y comparte a prior el sentido de las instrucciones que recibe. En definitiva, mediante este mecanismo se logra restituir al trabajador su identidad propia, sacándolo del inmovilismo, de esa espesura burocrática en la que se encuentra atrapado, y que se constata de una u otra manera en la mayoría de las empresas.

Errores y Mitos Filosóficos

Usted habla del “doble rostro” de Occidente, de una “cara iluminada” y una “cara oscura”. ¿Cómo se concilian con ese dualismo las complejidades de la civilización en que hoy vivimos?
Toda la incuestionable complejidad de mi actual civilización se reduce en último término a una bipolaridad básica; lo que sirve a la vida humana, y lo que daña al hombre.
A eso me refiero al hablar del doble rostro del Occidente. Creo que una tarea indispensable de nuestro tiempo es discernir qué corresponde en el mundo actual a cada uno de los polos, positivo y negativo.
Nuestra cultura nos esta dando impresionantes avances científicos y tecnológicos, y un creciente desarrollo económico. Todo eso en gran medida beneficioso y positivo. Pero,
Como contrapartida, nos quita muchísimo más; nuestra esencia humana. Mutila nuestra identidad al bloquear el autoconocimiento, y eso nos impide el viaje hacia la verdad. Nos quita el sentido de la vida; instala en mi mente una perspectiva puramente utilitaria del progreso; nos hace reverenciar los mandatos del establishment, nos extirpa el alma, convirtiéndola. En un mero síntesis, nos extirpa el alma, convirtiéndola en un mero elemento literario o en un vestigio romántico e ilusorio del pasado.
Esta sociedad huye del silencio; por lo tanto, huye de su conciencia, de la interioridad y del contacto con la trascendencia.
Estas anomalías de la vida contemporánea son efectos directos de sus modelos conductuales y valóricos: consumismo, existimo, individualismo, masificación, y sobretodo relativismo cognoscitivo ético.

¿ Cuales son los errores filosóficos de la modernidad, y que peligros encierran?
En todas las fisonomías modernas hay fragmentos de verdad y de error en distintas dosis. Pero toda filosofía se invalida a sí misma cuando pretende constituirse en un absoluto, en un sistema cerrado que no admite ninguna otra interpretación de la realidad. Y Casi todas esas filosofías han cedido a dicha tentación. Es ese absolutismo dogmático donde residen los principales errores de la modernidad, aunque afortunadamente están siendo desmitificados en la forma progresiva por importantes pensadores contemporáneos.
A partir de Descartes, la modernidad se fue configurando por una sucesiva acumulación de filosofías cerradas: el racionalismo cartesiano, que hace de la razón un organizador puramente lógico de una realidad puramente numérica y mecánica; la epistemología de Kano, que niega el conocimiento objetivo de la realidad física y, por ende todo acceso humano a lo metafísico y lo trascendente: El positivismo de Comte, que solo acepta lo que ha sido verificado por medición científica, incluyendo los comportamientos sociales, y que contradictoriamente instaura el relativismo universal; el cientificismo, derivado directamente de estas filosófias, que endiosa la ciencia como clave única del conocimiento; el pragmatismo, que eleva lo utilitario a valor supremo y único de la vida; e incluso la ideología política de Rousseau, cuyas adaptaciones modernas han convertido a la democracia en un fin y en un dogma y no en un instrumento perfeccionable en beneficio del hombre. En otras palabras, el sistema democrático vigente no se permite aceptar la posibilidad de otras formas de gobierno que pudieran existir, por lo cual gravemente a sí mismo. Prueba de ello es que en ninguna elección democrática se consulta a los electores sobre su aceptación del sistema en sí.
Los peligros a futuro de estos errores están en su eventual perpetuación. Si seguimos rigiéndonos por ellos, su desconexión de la realidad puede conducirnos a una civilización hinchada de “ maravillas” científicas y tecnológicas, pero vacía de sentido humano. Solo la restauración de ese sentido podrá conjurar el peligro, y esa es una tarea de las conciencias individuales, es decir, del alma.

¿En que afectan a nuestro país esos rasgos negativos de occidente? No nos defienden nuestros valores y el alma nacional?

-Estamos menos afectados en cuanto nuestra trayectoria ha estado desfasada con respecto a la de las naciones de alto desarrollo, pero nos encaminamos aceleradamente hacia ese modelo de progreso y sus trastornos, por nuestra creciente inserción en un mundo global.
El modelo occidental es como un paquete cerrado que contiene tanto el cuerno de la abundancia como la caja de Pandora. Hemos tenido alma nacional hasta un reciente pasado, pero la globalización mundial, no obstante nuestra cordillera y nuestro distanciamiento geográfico, la esta borrando rápidamente.

¿ Que otros ídolos, mitos y lugares comunes habría que abolir en el mundo de hoy?
Preferiría hablar más bien de lo que hay que restituir. El valor y el significado del lenguaje corrompido por el relativismo. Una ética fundamentada en el orden natural, en la dignidad humana. La búsqueda absolutamente honesta de la verdad, sin filtros mentales; eso implica tomar en serio el conocimiento y abandonar frivolidades, mitos, paradigmas ideológicos, apriorismo y lugares comunes. La recuperación de la propia identidad, librándose de los colectivismos que inundan la vida contemporánea. El restablecimiento de la nobleza en sí, por encima de las consideraciones utilitarias o meramente convencionales.
Agregaría también escapar al uso nocivo de la televisión. No quiero entrar en este momento a calificar sus contenidos; me refiero al efecto de incomunicación que provoca entre las personas, mas grave aún que ciertos contenidos seudo culturales e incluso perniciosos del mensaje televisivo.
Por ultimo, recuperar la verdadera alegría de vivir, el sentido mágico de la realidad, pero aceptando al mismo tiempo la dimensión trágica que es intrínseca a la existencia humana.

¿ La especialización inevitablemente enajena al ser humano?

Cuando la especialización se convierte en el único campo visual del hombre lo desconecta por completo de la realidad. Pienso que todo especialista necesita paralelamente una base cognoscitiva integradora, que le permita aproximadamente Armónicamente al verdadero significado de todas las cosas, y distinguir lo positivo y lo negativo en todas las matices, tanto en los diferentes territorios de la cultura como en las instancias que el devenir le plantea. La verdad es una resultante del todo y no de sus componentes parciales. Esto es lo que se denomina visión holística, y su enunciado esencial es que cualquier todo es mayor que la suma de las partes, y que además se encuentra conectado con la totalidad del orden extenso y del orden metafísico.

Lo que usted llama “ apertura de la conciencia” ¿ pasa por la fe, por el sentido de la trascendencia, por el reconocimiento de la falibilidad humana?
Pasa por toda realidad, por el enriquecimiento de la percepción sensorial, por el conocerse a sí mismo, por descubrir y poner en acción las facultades del alma, por Indagar; Como Sócrates, qué es el saber, para así empezar a saber, para así empezar a saber. Esa alquimia interior nos conduce a los sentimientos profundos, los únicos que hacen de la vida humana una aventura digna de vivirse.
Por supuesto, este viaje hacia la verdad esta expuesto a toda clase de falibilidades y falsos caminos. Quien no incorpore a sí mismo esa condición falible del ser humano, como premisa inicial y permanente, puede hacer de su viaje un espejismo.

¿ Podría explicar su concepto de la “ biología secreta de lo moral?

-Intentaré responder esta difícil pregunta sin considerar el plano de la fe, que implica alcances superiores, propios de la experiencia de la santidad.
Creo que lo moral es una de las más altas instancias humanas, pero al mismo tiempo una de las más altas desfiguradas en nuestra época. Las principales desfiguraciones son, primero, el relativismo valórico, que somete lo ético a los arbitrios contingentes de una cultura, o del hombre mismo; y segundo, el confundir lo moral con un determinado conjunto de normas externas, carentes de fundamentos último. Esas normas externas, carentes de fundamentos últimos. Esas normas son casi siempre prohibitivas, prescriben lo que no hay que hacer, pero no atiende a las opciones vitales del ser humano.ahora bien, la estructura de la dependencia que genera una cultura es tan potente, que la mayoría de las personas sé mitimizan con su normativa explícita, sin indagar más allá.
El hombre moderno ha abandonado la reflexión filosófica acerca de sí mismo; en consecuencia, elude el viaje hacia su destino ético esencial.
La moral no es un código de reglas, una pesada carga que nos impide vivir, ni un pragmático “ debe ser” surgido de los convencionalismos sociales. Es una catarsis Interna, es el camino de que dispone el hombre para alcanzar el bien que corresponde a su naturaleza, dignidad e individualidad. Y para contribuir a que ese bien se cumpla igualmente en sus semejantes. Es actuar por amor a la vida, y entrar en concordancia con su metabolismo, para poseerla y enriquecerla. Quien toma la moral como una normativa externa, o no podrá cumplirla o la cumplirá con el corazón abrumado de rigidez, de disgusto o de encono.
La moralidad externa no es ética; se llama moralismo o puritanismo, y la grave crisis valórica y conductual que nos afecta a Occidente pone en evidencia su esterilidad, su ineficacia para transformar tanto al individualismo como al orden social y político.
La moral es el código oculto de la vida, que hace de nuestra existencia en este mundo un proceso mutante, sutil y de largo alcance. Esa “ biología” debe cumplirse en el individuo, y también a escala de todo el género humano, involucrado todas las manifestaciones de la cultura en un metabolismo recíproco: la moral debe actuar debe actuar sobre la cultura, y la cultura proponer sus circunstancias, opciones y encrucijada a la moral.
La dimensión ética es una cualidad operante y activadora, cuyos alcances nunca terminan de conocerse. Pero posee un rasgo inmutable y esencial: enfrenta la vida como un tesoro que se puede ganar o perder, y para ganarlo pone en juego día a día. Instante tras instante, los recursos de esa innumerable libertad impresa en nuestra naturaleza.

¿ Por ultimo, cual es el fundamento filosófico de fondo de su libro?
La existencia de un orden natural, que para mí tiene un origen divino. Ese orden posee leyes invisibles que rigen todos los órdenes subordinados del universo, y por supuesto el orden humano. Y creo que nos encontramos en un momento propicio para que nuestra cultura reencuentre los enlaces con ese orden y los convierta en clave inspiradora del futuro.

© 2001 Sebastían Burr Cerda Se autoriza su reproducción citando la fuente y el autor.