Los empresarios y Lagos

LO QUE EN EL CEP SE DEBIERA REPRESENTAR AL PRESIDENTE

 

Diario El Mercurio, Dom. 18/082002
Sebastián Burr Cerda

Chile ha demostrado ser capaz mediante políticas audaces de transformar una economía quebrada en la decimotercera mejor del mundo (año 1992). Hoy se encuentra en la posición vigesimocuarta.

Así, de tener un sistema previsional de reparto colapsado, pasó a un sistema de ahorro individual con cerca de US$ 25 mil millones. De un ingreso per cápita de US$ 500 en los años 1973-75, se llegó a US$ 5.600 a mediados de los 90 (hoy cayó a US$ 4.500). Tan sólo en los últimos tres años nuestra moneda se ha devaluado cerca de un 60%, y los salarios reales promedio han caído en cerca de un 35%. Y la distribución del ingreso entre el quintil más pobre y el más rico, de 14 a 1 en 1992, pasó a 16 a 1 en el 2002.

Mientras en el período 84-97 se creció a un promedio del 8%, hoy estamos acercándonos al 2% (trimestre pasado, 1.9%). Duplicar el ingreso per cápita en el primer caso toma 10 años, en el segundo 42. Una cesantía del 35% que hubo que asumir entre los años 73 al 76, se redujo a niveles del 4% (hoy está plana en 12%. INE/E.E. U. CH.). Mientras el salario mínimo se incrementó en los últimos cinco años un 45%, la cesantía en los jóvenes y recién egresados es superior al 43%. Mientras el costo del despido se elevó en un 120% (año 90 al 2000), la productividad chilena no deja de ser una de las 10 menos productivas de los 46 países que compiten económicamente. (IMD 2002). Mientras el presupuesto en salud se incrementó un 300% en los últimos 10 años, las prestaciones desde entonces han caído a la mitad y el sistema está requiriendo aún más recursos.

El caso de la educación es dramático. Aun aceptando que la inversión en esa área es tres veces más baja que lo que invierten países medianamente desarrollados, nuestra educación es una de las tres peor evaluadas internacionalmente. Poco sirve invertir US$ 15 mil millones cada cinco años, y que sólo el 0.2% de nuestros alumnos alcance nivel internacional, y el 85% de los adultos sean analfabetos funcionales. Estamos completando un quinquenio de reducida expansión económica y de desempleo sostenido, pero contradictoriamente aumentando el gasto público, al extremo que el déficit fiscal ha crecido en un 300% en los últimos 12 meses. La idea de alzas tributarias a las empresas y a las personas a su vez permanece constante en el debate público, y nadie se explica por qué se grava tributariamente las utilidades de las empresas que reinvierten, al igual que cuando se retiran.

Cuando las políticas públicas incentivan la infraproductividad, sea porque son contradictorias, desproporcionadas, deficitarias o no están claras a mediano plazo, los países pierden naturalmente la confianza y desaparece la voluntad de emprender. En Chile no hay crisis de mando, pero sí de liderazgo por el inmovilismo en que nos encontramos. De otra manera, no se explica que la carrera presidencial haya arrancado muchos meses atrás, incluso en el mismo oficialismo.

La Concertación no puede seguir escudándose en los problemas de Latinoamérica, pues Chile en medio de diversas crisis durante los últimos 20 años siempre se ubicó dentro de los 10 países de mayor crecimiento. Hoy, nuestros problemas son principalmente internos, y entre todos debemos resolverlos, aun sabiendo que sus raíces son sociopolíticas más que de desconocimiento de los principios microeconómicos por parte de la autoridad.

En los ambientes de análisis ha surgido la idea de que el aparato político más ortodoxo de la Concertación no quiere que Chile vuelva al nivel de crecimiento y a las tasas de empleo de mediados de los '90. Supuestos políticos-sociológicos le harían concluir que en el actual esquema de contracción económica y desempleo tienen más opciones de mantener el poder que en medio de una economía expansiva. Esto, porque en el escenario contractivo pueden hacer el juego de lucha de clases, y en el segundo caso dicho esquema no tendría acogida. Y porque además imitarían las formas que tiene la centroderecha de gobernar. Y no teniendo ninguna fórmula efectiva de reemplazo, prefieren el diseño tradicional de pobreza, mecanismo por lo demás con el cual ganaron las tres últimas elecciones. De manera que ante la mentada agenda pro-crecimiento, la Sofofa debería manejarse sin dejar espacio a eventuales utilizaciones y manipulación política.

Se han formulado muchas ideas para resolver el problema del desempleo y estancamiento de la economía y no vale la pena repetirlas, pues constituyen lugares comunes. Pero hay tres hechos relevantes hacia el futuro que hace que esta vez forzosamente haya que tomar decisiones: la globalización de la economía y su constante cambio, el acuerdo con la Unión Europea y ahora probablemente un Tratado de Libre Comercio con EE.UU.

Problemas a resolver

Para resolver los problemas antes mencionados, y enfrentar esos desafíos se requiere mejorar nuestra productividad y sobre todo las condiciones generales de la mediana y pequeña empresa. Para ello:

1) Dejar de manipular políticamente al mundo laboral, pues eso afecta mayoritariamente a las PYMES, cuyo "capital" lo constituyen primordialmente sus trabajadores.

2) Abolir nuestra legislación de suma cero y de antagonismo entre capital y trabajo. Nada tiene que hacer el antagonismo en un mundo en extremo competitivo y en permanente cambio, pues eso exige un paradigma de plena colaboración. De hecho, EE.UU. no aplica la normativa laboral de la OIT, por antagónica e improductiva.

3) Eximir de la actual ley laboral a toda empresa con menos de seis trabajadores.

4) Modificar el discurso redistributivo por uno productivo y de mayor elasticidad laboral. inyectando factores de mayor competitividad y colaboración al interior de las organizaciones, y en pos de un protagonismo real y efectivo de todos los trabajadores, bajo un paraguas de protección mínima pero objetiva. De paso establecer una cultura hacia la autocapacitación asistida.

5) Abrirse al trabajo a distancia y a horarios laborales de acuerdo a objetivos.

6) Introducir salarios variables, diferenciados y multidimensionales, a fin de que la inteligencia práctica de los trabajadores se despliegue en conocimiento y comunicación permanente con toda la realidad interna y externa a la empresa. En otras palabras, provocar una dinámica de constante entendimiento, a fin de desarrollar una cultura de ingresos máximos y no de mínimos.

7) Fomentar mecanismos para que la mayor cantidad de empresas se abran en bolsa, e introducir la cultura de "stock options" en empresarios y trabajadores.

8) Sacar el tema de las indemnizaciones por años de servicio del interior de las empresas, formando asociaciones de fondos de cesantía y recapacitación laboral bajo cuentas individuales, con aportes privados, estatales y de cada trabajador.

9) Bajar gradualmente el costo del despido, hasta llegar a no más de seis ingresos. Desgravar la inversión tecnológica de punta.

10) Incentivar tributariamente la normalización de los procesos y/o productos, de acuerdo a las normas ISO 9000 a 14000.

11) Abolir gradualmente la inamovilidad funcionaria de los empleados públicos y reducir drásticamente los niveles burocráticos.

12) Llevar gradualmente el IVA del 18% actual, a no más de un 14%.

13) Crear tribunales arbitrales privados e idóneos de menor cuantía comercial.

14) Construir una sociedad docente en la cual se integra activamente educación, docencia, trabajo y también las instituciones sociopolíticas mediante prácticas laborales integradas para todos los estudiantes. En otras palabras, establecer una educación de entendimiento y omnicomprensiva y de menos conocimientos, pues estos últimos se renuevan cada cinco años.

Los chilenos - entre todos y proporcionalmente- , debemos "hacer la pérdida" y renovar nuestras instituciones; de otro modo, la actual caída proseguirá y retrotraerla será muchísimo más doloroso. Estas propuestas no pretenden ser políticas, sólo responden al sentido común y a una proyección lógica de las exigencias futuras de la economía global.

Más vale actuar temprano que tarde, pues nada tarda tanto como aquello que no se empieza.

© 2001 Sebastían Burr Cerda Se autoriza su reproducción citando la fuente y el autor.